Ana Delgado
Desde que estaba en el instituto mis visitas a la fábrica de embutidos de mis tíos era un de mis hobbies favoritos los fines de semana. Por aquel tiempo nunca habría imaginado que unos años más tarde seriamos mi primo Adrià, mi hermana María y yo los que nos pondríamos al frente de las operaciones de la fábrica.
Al principio empecé ayudando a pinchar los embutidos. Allí coincidía muchas tardes con Adrià y juntos fuimos devorando etapas y aprendiendo las técnicas y saberes que la elaboración artesanal de embutidos requiere. Ahora es mi hermana María la que esta aprendiendo a embutir las diferentes chacinas, a preparar los aliños, cortar las piezas de carnes nobles y embuchar los embutidos.
Cada día me gusta más lo que hacemos. Cuando emprendes no solo tienes que elaborar embutidos, también hay que captar clientes, trabajar la logística, la promoción de tu proyecto, etc. Estar en movimiento es algo que va en mi adn y lo estoy disfrutando mucho.
La naturalidad por bandera
Elaboración, curación, entorno, ingredientes, sabor, aroma.. Todas ellas tienen un punto en común que destaca por encima del resto en este joven proyecto familiar: la naturalidad.
En pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche área de la Denominación de Origen Jabugo su fabrica de embutidos registra uno de los climas ideales para la elaboración y curación de la chacina ibérica.
A diferencia de las grandes industrias cárnicas donde todo el proceso de elaboración es realizado por máquinas en grandes volúmenes y de manera estandarizada, dando como resultado cañas de lomo, chorizos y salchichones idénticos, esta fábrica artesanal se caracteriza por elaborar sus embutidos uno a uno. En la elaboración de chorizos y salchichón utilizan una pequeña maquina trituradora, mientras que las cañas de lomo se embuchan en tripa de manera manual entre varias personas. Es por ello que sus embutidos son todos únicos y diferentes entre si.
A la hora de curar sus productos no utilizan cámaras frigoríficas que controlan artificialmente la temperatura y humedad. Maduran sus embutidos únicamente en épocas invernales (de diciembre a marzo) de manera natural, aprovechando la corriente de los aires que soplan de norte a sur. Tal y como se hacia antiguamente cuando no existían aparatos electrónicos. Curación natural.
Una historia de familia
Fueron Pabli y Rosi, (padres de Adrià) quienes montaron la fábrica de embutidos en 2013 con el objetivo no solo de buscar un sustento familiar en el municipio que viven, sino de recuperar los sabores y aromas de los embutidos tradicionales de Hinojales.
María (madre de Pabli) y su hermana Casilda fueron las que compartieron su sabiduría y conocimiento sobre el proceso y las técnicas de elaboración, las recetas de los aliños naturales, etc. que desde jóvenes habían aprendido participando en las matanzas tradicionales que realizaba su familia. No debemos olvidar que los embutidos, que ahora son vistos como una exquisitez, antes eran una necesidad para conservar los alimentos.
Después de más de una década elaborando chacina ibérica con el sabor de antaño, Pabli y Rosi ceden el testigo a tres jóvenes emprendedores que prometen continuar un legado familiar casi extinto en un sector cada vez más dominado por las grandes industrias cárnicas.
