La infusión de poleo es una de aquellas infusiones a la que eran muy aficionados nuestros abuelos y que aún hoy sigue siendo un buen recurso para tomar en la sobremesa cuando no se quiere un café.
Sin embargo, la infusión de poleo es mucho más que eso, y a menudo está, sin duda, desaprovechada. Se sabe que es digestiva, y eso suma otro buen motivo para tomarla después de comer, pero sus propiedades van mucho más allá. Además, podemos potenciarlas combinando el poleo con otras plantas afines que acentúan unas propiedades u otras.
Para usos medicinales se recolecta la planta entera, que podemos encontrar seca para infusión. Contiene un aceite esencial con mentol, pulegona, isopulegona, piperitenona y limoneno, así como principios amargos y taninos. Antiguamente se había usado como adelgazante; tomado con vino se decía que actuaba como antídoto a las mordeduras de serpiente, y mezclado con vinagre, servía para reavivar tras un desmayo.
Peso neto: 35g (25 tazas de té aprox).
Ingredientes: Flores de poleo silvestre recolectado a mano de forma respetuosa y autorizada.
Envase: Bolsa de papel con ventana de almidón de maíz 100% compostable. Reutilizable y 100% reciclable.
Origen: Cortegana, Huelva.
Entorno: Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Conservación: Se recomienda almacenar en un lugar fresco y seco para preservar sus propiedades naturales.
Propiedades
- Las infusiones de esta planta constituyen uno de los tónicos digestivos más conocidos y apreciados.
- Ha sido desde antiguo un recurso muy a mano para abrir el apetito, favorecer la digestión y combatir el dolor abdominal provocado por espasmos gastrointestinales y otros desajustes digestivos, como vómitos y diarreas.
- Es un buen remedio contra los gases y las flatulencias, así como para eliminar el mal aliento.
- El poleo se muestra muy eficaz también para favorecer la secreción de bilis y facilitar la eliminación de cálculos en la vesícula.
- Además se usa como remedio para acabar con estreñimientos puntuales.
- En aplicación externa, la infusión y el aceite esencial, se ha usado en medicina popular como vulnerario y cicatrizante sobre heridas superficiales, ampollas y rasguños no sangrantes.
Cómo preparar menta poleo
Además de tomar la infusión de poleo simple después de las comidas para favorecer la digestión, puedes hacer las siguientes combinaciones para aprovecharte mejor de sus propiedades. De hecho, en fitoterapia la planta se ha incluido en muchas fórmulas tradicionales para elaborar tisanas digestivas y laxantes, a las que aporta su característico aroma mentolado.
- Infusión de poleo con anís para los gases
Como fórmula carminativa, se recomienda combinar el poleo con anís. Se hierve durante un minuto el contenido de una cucharada sopera rasa por ración de agua y se deja 10 minutos en infusión. Se toma una taza caliente después de cada comida, sobre todo si ésta ha generado una digestión lenta y pesada.
- Infusión de poleo y malvavisco para el estreñimiento
El poleo se usa igualmente como remedio para acabar con estreñimientos puntuales, en cuyo caso se combina, a partes iguales con cuatro plantas de reconocidas virtudes laxantes como la frángula, el malvavisco y el diente de león. Se hierve durante 3 minutos el equivalente a una cucharada sopera rasa de la mezcla por taza de agua, se infunde 10 minutos y se filtra. Se beben tres vasos al día, el último minutos antes de acostarse, y se acompaña con un consumo generoso de agua.